Por lo visto los Del Egido son más aficionados al arte culinario de lo que parecía.
Nuestros reporteros han cazado a cuatro de ellos metiéndose un cocido maragato entre pecho y espalda. Por lo que hemos sabido y por lo que se ve en las imágenes no descansaron hasta dar buena cuenta de las costillas, el morcillo, el chorizo, la oreja, el lacón... incluso el tocino!
Y por si fuera poco no se detuvieron ante la garbanzada menuda, ni ante la sopa...
Solo cuando vieron pelar las barbas de algún vecino temieron que les diera un pampurrio y alguno no se atrevió con las natillas de la casa.
Menos mal que el turismo ya lo habían hecho antes, porque con la barriga llena no habrían llegado ni a la iglesia del pueblo, que está a una pedrada de Cuca la Vaina.
Aquí les vemos pateando las piedras de las calles de este bello Castrillo de los Polvazares, que a mí me suena un poco a falso, a puesto para la postal.
Por la mañana los “individuos” de las fotos visitaron el Palacio episcopal de Astorga, construido con los ladrillos de Jiménez de Jamuz, el granito del Monte Arenas, cerca de Ponferrada y la pizarra de Galicia. Ya sabéis que, aunque estaba destinado a residencia para el obispo, nunca llegó a vivir allí.
¡Hacía demasiado frío! A nuestros chicos casi se les congelan los pensamientos.
Por la tarde regreso por La Bañeza, pasando por el Hotel Bedunia y recordando la boda de Ana, la boda de Manolita...
Y así pasó una mañana, pasó una tarde, día tercero. Amén.
Y digo yo: ¿por qué hay uno que casi no aparece en las fotos?
2 comentarios:
Esos garbanzos tienen una pinta estupenda, pero la grasa traidora que no se vé.., en fin, que están verdes, como diria la zorra del cuento.
mmmm, cocidoo! que rico! el maragato no lo he probado pero bueno, a mi me va el de toda la vida, jeje. bueno de nuevo un saludito. ya pondré alguna entrada otro rato que veo que la gente se anima, aunque debería animarse mas eh! besos para todos!!
Publicar un comentario